Identificar, recopilar y analizar, tanto cuantitativa como cualitativamente los bienes culturales, inmuebles o áreas de valor, es el objetivo principal del catastro nacional para la protección, futura recuperación y puesta en valor de la arquitectura patrimonial del país, que lidera el MOP a través de la Dirección de Arquitectura.
En la Región de Antofagasta, el estudio fue adjudicado en mayo de este año. Éste permitirá actualizar el inventario del patrimonio cultural que data del año 1999, lo cual se realizará en tres fases: diagnóstico, incorporación de nuevos casos de valor y la fase de selección que finalmente formarán parte de la “Geo Data Base”, en la cual se propone pasar de 370 casos que fueron registrados el año 1999, a 550 casos
Durante las tres etapas del proceso, la Dirección de Arquitectura del MOP, realizará jornadas de difusión y participación de entidades públicas y la propia comunidad.
Al respecto, el seremi de Obras Públicas, Pedro Barrios, comentó que “la iniciativa no sólo permitirá identificar el patrimonio local existente de nuestra región y plasmarlo en papel, sino que nos ayudará como MOP a tomar decisiones para futuras intervenciones y rescates de inmuebles con identidad histórica, donde la propia comunidad también participe de estas decisiones”.
PANORAMA NACIONAL
La investigación forma parte de un proyecto que está impulsando el MOP a nivel nacional para tener un panorama completo de las edificaciones y sitios de valor patrimonial del país, con antecedentes de su historia constructiva, materialidad, estado de conservación y ubicación georreferenciada, entre otros, información que posibilitará que a nivel comunal, regional y nacional se definan acciones a seguir para proteger los bienes patrimoniales que no cuentan con resguardo alguno.
El director regional de Arquitectura, Gonzalo García, explicó: “El proyecto nos permitirá manejar una gran base de datos de la infraestructura patrimonial, mediante un análisis histórico-territorial para identificar distintas líneas temáticas patrimoniales que contribuyen a determinar la identidad de cada región, seguido de un catálogo con fichas individuales de cada inmueble y área de valor patrimonial. En estas fichas se incorporan antecedentes de los atributos del inmueble, así como información complementaria respecto a si el bien cultural está ubicado en un área protegida o amenazada, entre otras características”.
PLAZO
La duración del estudio es de 595 días y considera una inversión que supera los 310 millones de pesos. Se desarrollará durante los próximos dos años, para publicar los resultados en 2025.