Durante la tarde-noche de ayer, en un duelo válido por la fecha 8 de las clasificatorias sudamericanas, la Selección Chilena enfrentó a su similar de Bolivia en un Estadio Nacional «semi vacío», encuentro que finalizó con una de las derrotas más vergonzosas en la historia del combinado nacional, por la forma en que se jugó y por lo que significa para el futuro.
En ese sentido, con una formación inicial inentendible de Ricardo Gareca y que no resultó como se esperaba, la visita a punta de contragolpes rápidos y desatenciones defensivas, a los 12 minutos ya ganaba por 1 a 0, gracias al tanto de Carmelo Algarañaz.
Pese a ir abajo en el marcador, Chile jamás logró llegar con real intención al arco defendido por Lampe, de hecho, la lesión de este último al minuto 38, le permitió a Eduardo Vargas marcar el empate transitorio, en una jugada que recorrió el mundo por no respetar el «fair play».
Sin embargo, pocos minutos después, porque en una jugada calcada a la apertura del marcador, por el mismo sector derecho chileno, Bolivia aprovechó una nueva ocasión y gracias a los pies de Miguel Terceros, marcó el 2 a 1 definitivo en favor de la visita.
Ya en la segunda mitad y pese a los cambios, Chile continuó perdido en la cancha, con un nulo juego colectivo e individualidades en bajo nivel. Junto con ello, Bolivia decidió refugiarse y proteger el resultado a toda costa, lo cual terminó ocurriendo.
De esta forma, Chile perdió por primera vez contra Bolivia en suelo nacional en un partido de clasificatorias, quedando en el penúltimo lugar con cinco unidades y a cuatro puntos del seleccionado boliviano y de Paraguay.
Si bien es cierto, con 10 partidos por disputar aún con posibilidades matemáticas, la Selección Chilena futbolística, anímica y dirigencialmente ya está con más de medio pie fuera de la cita planetaria del 2026.