El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF,) alertó que los menores desplazados recientemente en el sur de la Franja de Gaza solo tienen acceso a entre 1,5 y 2 litros de agua al día, cantidad muy por debajo de los requisitos recomendados únicamente para sobrevivir, según cálculos de la organización.
De acuerdo a las normas humanitarias, la cantidad mínima de agua necesaria en una situación de emergencia es de 15 litros, lo que incluye agua para beber, lavarse y cocinar. Sólo para la supervivencia, el mínimo estimado es de 3 litros al día.
Miles de desplazados internos, de los que se calcula que la mitad son niños y niñas, han llegado a Rafah desde principios de diciembre con necesidades alimentarias y médicas. De esta forma, con el aumento de la demanda, los sistemas de agua y saneamiento de la ciudad avanzaron a un estado crítico.
La reanudación de las hostilidades, unida a la falta de suministro eléctrico, la escasez de combustible, el acceso restringido y los daños en las infraestructuras, significa que al menos el 50% de las instalaciones de agua, saneamiento e higiene están dañadas o destruidas.
Desde Unicef señalan su preocupación por las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la diarrea crónica, afecciones especialmente graves debido a la falta de agua potable, sobre todo tras las lluvias y las inundaciones en la zona. Las autoridades ya han registrado casi 20 veces la media mensual de casos de diarrea entre los menores de 5 años, además de un aumento de los casos de sarna, piojos, varicela, erupciones cutáneas y más de 160.000 casos de infección respiratoria aguda.
“El acceso a cantidades suficientes de agua potable es una cuestión de vida o muerte, y los niños y niñas de Gaza apenas tienen una gota para beber”, declaró Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
“Los niños, las niñas y sus familias tienen que utilizar agua de fuentes inseguras que están muy salinizadas o contaminadas. Sin agua potable, un número mucho mayor de niños y niñas morirá de privaciones y enfermedades en los próximos días”, agregó Rusell.
Si bien, en el paso fronterizo de Rafah hay generadores para poner en funcionamiento instalaciones de agua y saneamiento, tuberías de plástico necesarias para realizar reparaciones a corto plazo, así como material de construcción para aplicar soluciones rápidas de saneamiento, no ha sido posible lograr el traslado a Gaza debido a las restricciones de acceso impuestas a estos suministros.
“Estamos haciendo todo lo que podemos para satisfacer las necesidades de la población de Gaza, pero los equipos y suministros que hemos conseguido proporcionar distan mucho de ser suficientes”, afirmó Russell.
“Los constantes bombardeos, junto con las restricciones de materiales y combustible en el territorio, están impidiendo lograr un avance decisivo. Necesitamos urgentemente estos suministros para reparar los sistemas de agua dañados”, enfatizó la directora ejecutiva.