Una profesora y dos compañeras del joven hablaron con medios argentinos sobre el comportamiento que tenía en el establecimiento, las menores aseguraron que el joven sufría bullying desde primer año de secundaria, que “le escondían las cosas y lo hacían llorar”, mientras que la profesora comentó que los niños del curso “jugaban a ahorcarlo” agregando que «Joaquín era un chico muy tímido, muy bueno, un chiquito dócil pero esa característica de estar solo marcaba la diferencia con el resto».
Joaquín desapareció el pasado 29 de junio en la ciudad de Laboulaye, en la providencia de Córdoba, luego de ser visto por última vez caminando junto a su compañero de colegio por calles cercanas al establecimiento. El cuerpo del adolescente fue encontrado dos días después en una casa abandonada.
El mismo 2 de julio, tras ser encontrado el cuerpo, el compañero de Joaquín, identificado como – L-, confesó su participación en la brutal golpiza que terminó con la vida de su amigo. El joven murió a causa de un traumatismo de cráneo, además de sufrir daño encefálico.
Por su parte Mariela Flores, madre de Joaquín, cuestiona el proceder de los adultos que estaban a cargo de los adolescentes, asegurando que el establecimiento tenía constancia de los hechos de bullying que ocurrían con otros niños. Mariela sostiene la hipótesis de que hay más involucrados.
Desde el establecimiento escolar “Malvinas Argentinas”, la inspectora Andrea Fessi manifestó que no se tiene registro de bullying hacia Joaquín, dudando de que este haya sido el móvil del asesinato. Por su lado “L”, de 14 años, es inimputable, por lo que fue trasladado a un centro de detención juvenil, donde será sometido a estudios psicológicos, mientras que los demás compañeros de clase aún no han sido citados a declarar.