En una histórica sesión unánime, el Senado ratificó el martes el Tratado Global de los Océanos, convirtiendo a Chile en el primer país del mundo en dar luz verde a este acuerdo trascendental.
El tratado, formalmente conocido como el Acuerdo sobre la biodiversidad marina más allá de la jurisdicción nacional (BBNJ), fue consensuado por los estados miembros de las Naciones Unidas en marzo del año pasado, después de intensas negociaciones que se extendieron a lo largo de dos décadas.
Este acuerdo innovador tiene como objetivo principal la conservación de la biodiversidad marina en aguas internacionales, específicamente en áreas de alta mar, buscando proteger el 30% de los océanos para el año 2030.
En este sentido, el Canciller de Chile, Alberto van Klaveren, destacó la importancia de la aprobación y subrayó la vocación oceánica del país, además de recordar que el país no solo ratifica el tratado, sino que también ofrece la ciudad portuaria de Valparaíso como sede de la Secretaría del acuerdo, reafirmando el compromiso de liderar los esfuerzos globales para la protección de los océanos.
«La aprobación de este tratado confirma la vocación oceánica que ha tenido nuestro país», afirmó el Canciller, enfatizando que el tratado es beneficioso para Chile al permitir su participación en la gobernanza global de áreas más allá de su jurisdicción nacional.