Por el delito de homicidio calificado fueron formalizados hoy dos venezolanos de 25 y 27 años, por su participación, uno como autor y el otro como encubridor, en el crimen de una víctima aún no identificada al interior de un inmueble abandonado ubicado en el extremo norte de la plaza Pablo Neruda de Antofagasta.
Los sujetos fueron detenidos el jueves por personal de la PDI, tras una rápida investigación donde también tomó parte el equipo de Crimen Organizado y Homicidios, ECOH, todo esto, bajo dirección de la Fiscalía de Análisis y Criminalidad Compleja de Antofagasta.
Según se expuso durante la audiencia de formalización desarrollada hoy ante el Juzgado de Garantía de la ciudad, la madrugada del 3 de octubre, en circunstancias que la víctima se encontraba durmiendo sobre un colchón al interior del recinto, fue abordada por uno de los imputados, quien procedió a agredirlo varias veces con un elemento contundente en el cráneo, provocándole heridas de suma gravedad.
Tiempo después, el segundo imputado prendió fuego al colchón y cuerpo de la víctima con la finalidad de eliminar todo tipo de rastros y evidencias del ilícito, resultando ésta completamente calcinada.
Durante la formalización, el Ministerio Público planteó como circunstancia agravante la alevosía con que habrían actuado ambos detenidos pues, al momento del ataque, la víctima estaba acostada, probablemente durmiendo o bien bajo los efectos del consumo de alcohol o drogas, situación refrendada por la ausencia en el cuerpo de lesiones defensivas.
Respecto a la identidad del fallecido, si bien se mantiene sin identificar, versiones de terceros indican que sería un extranjero en situación de calle, que se dedicaba a limpiar parabrisas de vehículos en el sector.
Por petición del Ministerio Público, ambos detenidos quedaron sujetos a la medida cautelar de prisión preventiva por la causal de peligro para la seguridad de la sociedad, con un plazo de investigación de 120 días.
El Fiscal Regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, destacó que, pese a las dificultades que rodearon este caso, relacionadas con las condiciones del lugar de comisión y la quema del cuerpo de la víctima, el trabajo investigativo desarrollado por personal de la Brigada de Homicidios y el equipo ECOH permitió arribar rápidamente a resultados.
“No cabe duda que en este caso hubo un ánimo de dificultar el trabajo del Ministerio Público y la PDI a través de la quema del cuerpo de la víctima, sin embargo, el trabajo científico y profesional realizado en el sitio del suceso por equipos especializados de ambas instituciones, produjo resultados y pocas horas después del crimen ya había personas detenidas”, señaló.
El persecutor también se refirió a la alevosía con que habrían actuado los detenidos, quienes se valieron de la situación vulnerable en que se encontraba su víctima, para agredirla y luego incinerar su cuerpo.
“Los informes preliminares de autopsia indican ausencia de lesiones defensivas en el cuerpo de la víctima, lo que sugiere que, al momento de la agresión, no estaba en condiciones de oponer resistencia al actuar de estas personas”, explicó.
En cuanto a las diligencias desarrolladas, el jefe de la Brigada de Homicidios Antofagasta de la PDI, subprefecto, Jaime Pérez Aguilera dijo que el jueves pasado, detectives de la Brigada Homicidios desplegaron diligencias en un sitio de suceso ubicado en la plaza Pablo Neruda, el cual correspondía a una edificación abandonada, encontrando en el lugar un cadáver de sexo masculino.
Estas diligencias, agregó el subprefecto, incluyeron “el trabajo de examen externo del cadáver por parte del médico criminalista, además del Laboratorio de Criminalística Regional Antofagasta, lo que permitió el levantamiento de diversa evidencia tecnológica, así como también empadronamiento de testigos, estableciendo finalmente la dinámica del hecho y también la identificación de los autores, los que posteriormente fueron detenidos dando cumplimiento a una orden de detención que se generó en contra de ellos por parte del Juzgado de Garantía de Antofagasta”.
Cabe precisar que el autor directo de la agresión mantiene un proceso pendiente por tráfico de drogas en pequeñas cantidades, mientras que el encubridor registra una condena por delito de lesiones menos graves.