Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales preocupaciones de salud en Chile, con cifras alarmantes que revelan su impacto en la población. Según datos del Ministerio de Salud (Minsal), el infarto agudo al miocardio cobra la vida de 34 de cada 100 mil chilenos, mientras que otras enfermedades hipertensivas son responsables de 31 muertes por cada 100 mil habitantes.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que las cardiopatías isquémicas representaron el 16% del total de las 55.4 millones de defunciones registradas en 2019, convirtiéndose en la principal causa de muerte a nivel global.
La cardiopatía isquémica, caracterizada por la obstrucción de las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco, puede prevenirse y controlarse mediante la gestión de factores de riesgo como el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el sedentarismo.
Existen diferentes tipos de dicha enfermedad, como lo son:
El infarto agudo de miocardio: ocurre cuando una artería coronaría se bloquea debido a la formación de un coágulo sanguíneo.
La angina de pecho estable: se manifiesta como un dolor recurrente, opresión, tensión o quemazón en el tórax.
La angina de pecho inestable: sus síntomas son parecidos a los de un infarto. Sin embargo, en esta patología, no se evidencia una obstrucción total de la artería coronaría por un trombo.
La creciente incidencia de enfermedades cardiovasculares subraya la importancia del diagnóstico preciso y la atención oportuna. Detectar estas afecciones a tiempo desempeña un papel fundamental en la mejora de la esperanza de vida de los pacientes.
Sergio Domínguez, director de Cuidados Cardiovasculares para Latinoamérica en Siemens Healthineers, comentó, «desde la industria seguimos trabajando en la innovación y en el aumento de los estándares de precisión para llevar tecnología de calidad a todo el mundo. Reconocemos la seriedad del abordaje de las patologías cardíacas y sabemos que las pruebas de laboratorio, las ecografías, las tomografías computarizadas e incluso las intervenciones quirúrgicas realizadas con tecnología de vanguardia pueden salvar millones de vidas».
Sin embargo, es fundamental destacar que la prevención individual desempeña un papel crucial en la promoción de una vida más saludable. Adoptar hábitos como una dieta rica en frutas y verduras, la práctica regular de ejercicio, la reducción del consumo de tabaco y alcohol, así como el control del estrés y los niveles de azúcar, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida.
Domínguez añadió, «la tecnología nos proporciona herramientas valiosas para identificar y gestionar enfermedades a tiempo, pero el verdadero poder reside en nuestras decisiones diarias. La combinación de la innovación tecnológica con un cuidado consciente nos permitirá prevenir y controlar enfermedades cardiovasculares».