Una serie de incidentes se registró en la ciudad de Jerusalén luego de que policías israelíes irrumpieran una mezquita en la que palestinos rezaban. Desde medios palestinos circula un video donde se distinguen a presuntos policías golpeando a musulmanes que estaban arrodillados al interior del templo.
Por otro lado, en un comunicado, la policía israelí dijo que sus fuerzas ingresaron a la mezquita después de que “varios jóvenes infractores de la ley y agitadores enmascarados trajeron a la mezquita fuegos artificiales, palos y piedras”.
“Cuando la policía entró, les arrojaron piedras y un gran grupo de agitadores dispararon fuegos artificiales desde el interior de la mezquita”, según el comunicado.
La policía dijo que arrestaron y sacaron a más de 350 personas en la mezquita, y que un agente de la policía israelí resultó herido en la pierna por piedras. Sin embargo, medios palestinos reportaron que hubo entre 400 y 500 detenidos, y que los heridos ascienden a 350.
Imágenes compartidas en las redes sociales mostraban a decenas de personas detenidas tendidas boca abajo en el suelo de la mezquita con las piernas y los brazos atados a la espalda, y otras con las manos atadas mientras eran conducidas a un vehículo.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Liga Árabe y varias naciones condenaron la agresión perpetrada por policías israelíes contra los cientos de fieles musulmanes en la mezquita de Al Aqsa. En un comunicado, el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, expresó que estaba horrorizado por los enfrentamientos que ocurrieron en el templo y mostró preocupación “por la aparente golpiza contra palestinos por parte de las fuerzas de seguridad israelíes y el gran número de arrestos”.
Finalmente, el funcionario rechazó “el almacenamiento y uso de fuegos artificiales y rocas por parte de palestinos”.