Pericias planimétricas, fotográficas y de ADN fueron importantes para acreditar el caso, en una investigación efectuada junto con la Brigada de Homicidios de la PDI.
Un capitán y un conscripto están imputados por el crimen del estudiante, mientras que otro soldado y un cabo enfrentan cargos por las lesiones graves contra otro hombre, Rolando Robledo.