Quedan pocas semanas para finalizar el año, y es probable que muchas personas empiecen a experimentar más cansancio, agobio e irritación. Esto, sumado a las festividades, los gastos de fin de año y los compromisos familiares, académicos y laborales, convierten a diciembre en sinónimo de estrés.
Esas emociones acumuladas son las que producen el denominado “síndrome de diciembre”, un término que alude, según el psicólogo de RedSalud, Luis Rozas, a “una superposición de distintas clases de estrés -laboral, social, familiar, emocional, económico y ambiental- que llegan a su máxima expresión en esta época del año. De hecho, este mes las consultas aumentan o ciertos pacientes tienden a necesitar más atención”.
Entre los síntomas de estrés que pueden sentir las personas durante fin de año, según el especialista están dificultades para dormir, molestias en la espalda y tensión en el cuello, fatiga persistente, frustración, impaciencia, cansancio, problemas gastrointestinales, irritabilidad, deterioro de la memoria y de la concentración.
Además, enfatiza que “si bien es común sentirnos abrumados en esta época, el problema es cuando el estrés se vuelve crónico y afecta a nuestro sistema inmune y salud general. Por eso está en nuestras manos tomar medidas para fomentar nuestro bienestar, aprender a manejar el estrés y pedir ayuda profesional en caso de que no podamos controlarlo. Esto tiene muchas recompensas, desde menos ansiedad, mejor calidad de vida y autocontrol, hasta relaciones más saludables”.
¿Cómo debemos manejarlo?
En el ámbito laboral, la especialista sugiere establecer espacios de desconexión diarios durante la jornada. “Dedicar 15 minutos al día solo para desconectar puede tener un impacto significativo en la salud”, indica. Además, agrega que es esencial “ajustar nuestras expectativas, establecer metas realistas basadas en nuestras habilidades, recursos y posibilidades”.
Considerar tiempo de ocio y realizar ejercicio son otras de las consideraciones que debemos tener en cuenta. “Debido a las altas exigencias que se enfrentan, muchas personas descuidan sus hábitos saludables. Por lo mismo, hay que organizar los tiempos para tener espacios dedicados a actividades de relajación personal como meditar u otros panoramas como salir a caminar, ver series y salir con amigos. Realizar un hobbie y rutinas sencillas de actividad física aumentan nuestro bienestar, permiten canalizar emociones mayormente adaptativas y con ello, disminuir algunas cuotas de tensión acumulada”. En esa misma línea, señala que se debe priorizar el descanso nocturno y la alimentación saludable.
A pesar de que las festividades de fin de año invitan al compartir, el psicólogo de RedSalud enfatiza la necesidad de dedicar tiempo personal. “Es muy importante reflexionar y reconocer nuestros sentimientos, escucharlos e incluso anotarlos en un diario personal, ya que esto puede proporcionar información valiosa. Además, es un momento de evaluación, para analizar los logros obtenidos, pensar nuevas metas y objetivos concretos que queramos cumplir de cara al próximo año”.
El estrés y la ansiedad pueden surgir al pensar en todas las tareas pendientes y la falta de tiempo para cumplirlas, por ello, la organización es clave. “Debemos aprender a planificar eficazmente nuestro tiempo, estableciendo objetivos y prioridades, equilibrando lo importante y lo urgente, y descartando tareas innecesarias. Esto se aplica tanto al trabajo como a las responsabilidades relacionadas con las festividades, como las compras, la organización de comidas y otras actividades”.
Por último, hay que cuidarse de las deudas. La preocupación por los gastos en regalos y comida, sumada a las deudas y pagos de fin de año, genera una presión significativa. En este sentido, subraya que es esencial “reconocer la capacidad adquisitiva, no sobre endeudarnos y conversar con la familia respecto a los regalos navideños. La memoria emotiva ayuda a recordar experiencias más allá del recuerdo de un presente en específico”.