Este lunes aterrizó en Rusia el presidente de China Xi Jinping luego de anunciar hace unas semanas su visita al país liderado por Vladimir Putin. El objetivo de este encuentro, según especialistas en la materia, es reforzar las relaciones entre los mandatarios para profundizar la asociación integral de ambos países y su visión «antioccidente».
Ambos presidentes aseguran una amistad entre las dos naciones, comparten ideales en lo que depara su lugar en el planeta, en cuanto a poder, economía y milicia, así se reflejó luego de que en las palabras de llegada de Xi Jinping, calificó a Putin de «querido amigo». Por esta razón este encuentro entre dos lideres mundiales da mucho espacio a especulaciones y cuales son los reales intereses de cada país.
«Putin está construyendo su propio bloque. Ya no confía en Occidente, y nunca más lo hará. Por eso, Putin está buscando aliados y tratando de hacer de hacer un frente común con China, así como con India, algunas partes de América Latina y África. Putin está construyendo su mundo antioccidental», cree el periodista Dmitry Muratov, premio Nobel de la Paz.
Alexander Gabuev, analista del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, concluye que «La guerra se ha convertido en el principio organizador de la política interna, la política exterior y la política económica de Rusia. Existe una obsesión por destruir Ucrania. Para eso se necesitan armas, dinero y un salvavidas económico. China proporciona a Rusia, como mínimo, componentes para armas y tecnología civil que puede usarse con fines militares. Indudablemente proporciona dinero».
El mandatario ruso explicó a Xi que abordará con él el plan de paz chino para poner fin a la guerra en Ucrania, a pesar de la ambigüedad en la postura del país chino con respecto al conflicto ruso-ucraniano. “Hemos estudiado cuidadosamente sus propuestas para resolver la grave crisis en Ucrania”, dijo Putin. “Por supuesto, tendremos la oportunidad de discutir esto”, subrayó.
La iniciativa de paz de China ha sido acogida en Rusia con matices, porque respetar la integridad territorial supondría devolver a Ucrania los territorios ocupados, mientras que en Kiev consideran que el plan chino carece de lógica y está lleno de contradicciones, porque no se pueden tener en cuenta los intereses del país agresor.