Unas 250 ballenas piloto murieron tras quedarse varadas en la isla Chatham, en Nueva Zelanda, donde los equipos de conservación no pudieron devolverlas al mar, indicaron las autoridades este sábado
Los animales fueron vistos varados el viernes en la parte noroccidental de esta remota isla, indicó el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda.
Hace poco más de dos semanas, casi 200 ballenas piloto fallecieron también en una playa en la isla australiana de Tasmania.
«En la isla Chatham no reflotamos activamente a las ballenas por el riesgo de ataques de tiburones, tanto a los humanos como a las propias ballenas», explicó el ente en un comunicado.
Un equipo especialmente formado sacrificó a los cetáceos supervivientes para evitarles un mayor sufrimiento, agregó. «Todas las ballenas piloto varadas están ahora muertas y se dejará que sus cuerpos se descompongan in situ de manera natural”.
Estos varamientos, dijo el organismo, «no son inusuales» en la isla Chatham. El récord se produjo en 1918, cuando quedaron varadas unas 1.000 ballenas.