- Por Felipe Valdivia, presidente Asociación Gremial Nacional de Constructores de Viviendas Sociales de Chile (Anacon).
Para nadie es novedad el complejo momento que vive actualmente el rubro de la construcción en nuestro país. Ya van más de 250 empresas que han quebrado producto de una serie de factores que nacen desde la época del estallido social en octubre de 2019, donde las condiciones de seguridad de las obras se volvieron cada vez más complejas. Luego vino la pandemia y no hizo más que empeorar cada vez más las condiciones de este mercado, por una parte los costos de ejecución de faenas y edificaciones se incrementaron producto de tener que implementar una serie de medidas de mitigación de contagios en las cuadrillas de trabajo, instalación de faenas, diferenciación de turnos de trabajo por los aforos, transporte de personal, etc.
Por otro lado, la crisis sanitaria generó una gran escasez y alza de precios de materiales y retrasos importantes en la importación de materias primas. Sumado a esto, se encuentran todas las ayudas sociales implementadas por la crisis del coronavirus que hizo que gran parte de la mano de obra dejara temporalmente de trabajar y producto de esto comenzó la escasez y elevación de los precios de la mano de obra.
Como guinda de la torta, finalmente las complicaciones de este año 2022 donde la crisis mundial producto de la guerra en Ucrania ha afectado nuevamente en los retrasos de las embarcaciones y, por ende, los costos. El valor de los materiales producto de todos los factores señalados anteriormente se ha incrementado en más de un 25% como promedio, sin embargo, hubo muchos que superaron el 100% de incremento.
Los costos de los materiales se han mantenido en los últimos meses, si bien no se han incrementado tampoco han vuelto a ser los precios pre-pandemia, al igual que los valores de la mano de obra.
El escenario para las constructoras ha sido muy complejo, ya que muchos contratos fueron estudiados y calculados con condiciones y precios muy por debajo de los actuales y la gran mayoría no tuvieron cómo revertir esa situación con sus mandantes, teniendo que asumir todas estas alzas con sus utilidades e incluso más, y las ayudas estatales fueron insuficientes.
El estado debe entender que pese al gran golpe que ha sufrido este rubro, la recesión económica del país se podría revertir en gran medida potenciando las obras de construcción, ya que permiten elevar de manera significativa los índices de empleo. En particular, por ejemplo, el rubro de los mejoramientos de vivienda social, que son los proyectos que desarrollan las empresas vinculadas a nuestra asociación ANACON, podrían lograr una importante reactivación de la economía, ya que son proyectos de alta tasa de contratación de mano de obra y profesionales, que además son muy rápidos de ejecución. Pero lamentablemente esto no se ha priorizado, sino que al contrario, el presupuesto se ha disminuido considerablemente para este 2023.
Considero que el potenciar este tipo de iniciativas permitiría contribuir de manera importante en la mejora de la calidad de vida de las personas más vulnerables del país y a la vez dinamizaría en gran medida el rubro de la construcción y la economía del país. No olvidemos que este rubro genera cerca de 700.000 empleos y aporta cerca del 7% del PIB.