Sin embargo, hay estudios que revelan un escaso porcentaje de mujeres en un rol de liderazgo, lo que sigue siendo un punto a reflexionar.
Existen muchas opiniones sobre el rol de la mujer en el área de la tecnología e innovación y la desigualdad de género no es novedad, pero lo cierto es que, al margen de las opiniones, hoy la mujer esta empoderada, enfocada y más audaz que nunca para poder trabajar en sus intereses, en eso que la motive y sobre todo, en todo lo que a ella le permita cumplir con sus sueños.
Atrás quedaron los tiempos en que la mujer estaba desconectada del manejo y uso de tecnología. De hecho, si miramos un poco la utilización de la tecnología, gran parte de aplicaciones y dispositivos son más utilizados por mujeres que por hombres, manteniendo gustos y preferencias propias en cada género.
Se estima que, en promedio el 47% por la fuerza total laboral son mujeres, con ligeras variaciones en diferentes industrias. Sin embargo, en cuanto a creación y participación de las mujeres en el desarrollo de tecnología persiste una amplia brecha, por ejemplo cada 5 estudiantes de tecnología y ciencias tan solo una es mujer.
Según el informe Gender Snapshot 2022 de ONU Mujeres, la exclusión de las mujeres del mundo digital recortó US$ 1 billón del PBI de los países de ingresos bajos y medios en la última década, una pérdida que aumentará a US$ 1,5 billones en 2025 si no se toman medidas en el corto y mediano plazo.
Existe un estudio realizado por Chicas en Tecnología que evidencia la situación actual: las mujeres que trabajan en áreas STEM, y que acceden a estas ventajas competitivas son una minoría. En 2020 su participación en los sectores de ciencia y tecnología fue del 28% y, en el caso particular de la industria del software, del 30%.
Según datos del Foro Económico Mundial, sólo el 27% de quienes trabajan en el sector de software y tecnologías de la información son mujeres y menos del 20% tienen roles de liderazgo. Que hoy no exista una situación de igualdad en las empresas o en las áreas de tecnología es un gran sesgo en el liderazgo de la misma y esto claramente impacta en la productividad y la cultura interna.
Hoy el trabajo está en superar las brechas, el aprendizaje y que todos podamos tener accesos sin prejuicios. Si no contamos con el acompañamiento de las políticas públicas que impulsen a la educación, nada podemos hacer en el sector privado.