El objetivo del proyecto es propagarlas a través de la obtención de nuevas plantas y su reintroducción al hábitat natural.
La Región de Antofagasta tiene un valioso patrimonio florístico que se encuentra en estado crítico de conservación. A fines del 2020, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias del Chile, lideró un estudio de conservación ex situ de germoplasma (semillas) de siete especies de plantas amenazadas del desierto costero, en los cerros de Paposo y Taltal, entre ellas se encuentran la Decliptera Paposana, la Dalea (Dalea azurea), una especie arbustiva de intenso color azul, que no supera los 180 ejemplares y el Michay de Paposo (Berberis litoralis) cuya superficie ocupada en el planeta no superaría las 1,2 hectáreas.
El objetivo del proyecto es propagarlas a través de la obtención de nuevas plantas y su reintroducción al hábitat natural.
Es así como INIA almacenó el material genético de la flora costera en peligro de extinción en su banco de semillas, ubicado en Vicuña (región de Coquimbo) y ahora que son plantas, acaba de entregarlas al municipio de Taltal, específicamente en el vivero, donde se mantienen diferentes flores endémicas y especies arbóreas, muchas de ellas distribuidas en plazas y espacios públicos de la comuna.
Un trabajo minucioso de gestión del riesgo de pérdida de biodiversidad y deterioro de los ecosistemas, el cual continuará, según explicó el Representante de INIA, Marcos Acosta, «para contribuir a mejorar o mantener el estado de conservación de estas especies endémicas, ensayaremos cuatro tratamientos distintos para reincorporarlas a su medio, en dos parcelas que se habilitarán en el Cerro Mirador de 50 x 30 metros. Allí haremos, por ejemplo, captación de agua de niebla, riego directo, o sin riego, para ver cómo se comportan las plantas acá”.
Para el alcalde de la comuna Guillermo Hidalgo Ocampo, se trata de un proyecto que pone en valor la biodiversidad de la región de Antofagasta y en especial de la flora costera de Paposo y Taltal, “Creemos que es una oportunidad para acercar conocimientos y tecnologías, que nos ayudan a manejar el déficit hídrico, para mantener especies propias de nuestro territorio y que se encuentran en peligro. Estas serán debidamente resguardadas en lugares que se gestionan como santuarios de la naturaleza como son San Ramón y Perales» explicó el edil.